sábado, 3 de octubre de 2009

El Templo de Kukulcán (Parte II)

Refiriéndonos al hemisferio norte del planeta, durante un año el Sol parece colocarse en la línea del horizonte en un punto más austral durante el solsticio de invierno (diciembre), pasando por un punto intermedio durante el equinocio de primavera (marzo) y llegando a un punto más septentrional durante el solsticio de verano (julio), para regresar nuevamente al punto intermedio durante el equinoccio de otoño (septiembre) y reiniciar el ciclo nuevamente.

Este movimiento aparente tiene una variación adicional si nos trasladamos a diferentes latitudes del planeta. Los mayas, consideraron todas estas variables y con gran atención observaron los posibles fenómenos de luz y sombra generados durante cada día del año. Construyeron así la pirámide de Kukulcán teniendo en cuenta todas estas variables, además de las consideraciones arquitectónicas, orientaron la fachada NNE con una inclinación aproximada de 20° con respecto al norte geográfico.

Desde la última década del siglo XX, los arqueólogos comenzaron a observar los fenómenos de luz y sombra que ocurren en los solsticios de verano e invierno corroborando que durante los primeros minutos del amanece del solsticio de junio (verano hemisferio norte) y durante un período de 15 minutos, la pirámide de Kukulcán es iluminada en las fachadas NNE y ESE por los rayos del sol, mientras que las fachadas ONO y SSO permanecen en total oscuridad. En otras palabras un 50% de la pirámide permanece iluminada y un 50% permanece en la oscuridad marcando con este simbolismo el momento exacto del solsticio.Este efecto de luz y sombra ocurre de forma semejante durante el solsticio de diciembre (invierno en el hemisferio norte), pero en el atardecer las fachadas iluminadas son la ONO y SSO mientras que las fachadas NNE y ESE permanecen en la sombra. El fenómeno se debe a la orientación de +/- 20° con respecto al norte geográfico, y la latitud en donde se encuentra ubicada la pirámide.

En la siguiente imagen podemos ver el fenómeno comentado anteriormente del solsticio con una fachada iluminada y otra totalmente en sombra:

Pero aún hay algo todavía más sorprendente en cuento a la orientación del templo. Al atardecer de los equinoccios de primavera y otoño, se observa en la escalinata NNE de la pirámide de Kukulcán una proyección solar serpentina, consistente en siete triángulos isósceles de luz invertidos, como resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas de ese edificio durante el ocaso. En Chichén Itzá el fenómeno se ve en todo su esplendor y la imagen de la serpiente de triángulos de luz y sombra es proyectada a la alfarda NNE; conforme avanza el tiempo parece descender del templo una serpiente y el último reducto de luz se proyecta en la cabeza de la serpiente emplumada que se encuentra en la base de la escalinata. Este fenómeno ocurre en marzo y septiembre, y puede observarse aproximadamente durante un período de cinco días en las fechas más próximas a los equinoccios, la duración del efecto comienza aproximadamente 3 horas antes del ocaso, al principio de estas horas se puede ver en la balaustrada una forma de luz ondulada que poco a poco se va cerrando para formar 7 triángulos isósceles, los cuales solo pueden verse durante 10 minutos, después comienzan a desaparecer paulatinamente. Los mayas realizaban una serie de preparaciones durante cuatro días y el quinto era motivo de gran celebración. Aparentemente era en la lengua de la serpiente donde se colocaban diversas ofrendas al dios Kukulcán.

Todo esto nos demustra el increible conocimiento astronómico y del mundo que poseían los mayas.

Pues esto es todo por hoy. Hasta la tercera parte.


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